En cuanto al limón se refiere, sin duda el periodo de recolección más difícil para los almacenes va desde septiembre hasta noviembre. Es en este periodo cuando la variedad más problemática respecto a la aparición de podridos y fisiopatías (nos referimos a la variedad Fino o Primofiori) se desverdiza.
Durante el desverdizado, la fruta se expone a altas temperaturas y a niveles de humedad que superan el 90%.
Estas altas temperaturas y humedades unidas a un período de permanencia en cámara al inicio de la campaña que puede superar los 8 días, favorece el crecimiento de hongos, en especial el Penicillium Digitatum, el cual invade rápidamente el fruto produciendo una enorme cantidad de esporas. Estas esporas actúan como inóculo dentro de la misma cámara o dentro del almacén al vaciar las cajas en la línea de confección.
El limón también es muy propenso a presentar alteraciones como la endoxerosis, especialmente cuando se cosecha de campos con mala nutrición, con problemas hídricos o con manejos agronómicos agresivos para adelantar el calibre de la fruta.
Y es que hay que tener en cuenta que durante los últimos 30 años se ha mantenido esta forma de trabajar que recurre al uso de fungicidas como mecanismo de defensa contra los hongos, cuando hoy en día es posible hacer un manejo diferente del limón Fino al inicio de su campaña.
Además, es importante hacer hicapié en que en los últimos años se han ido sumando países proveedores de limones ajenos a la Unión Europea, ya sea en contra estación o en las mismas fechas de la producción española. Esto se ha traducido en una presencia continua del limón en el mercado, reduciendo drásticamente las ventajas y beneficios económicos que existían anteriormente cuando se entregaba limón “primerizo”.
Sin duda, este cambio debería servir para que los responsables de los almacenes reflexionaran sobre si realmente es necesario cosechar limones verdes alargando el número de días que la fruta permanece en desverdizado, teniendo en cuenta que cuantos más días, mayor desarrollo de podridos y mayor envejecimiento de la fruta.
Reduciendo a 4 días máximo el tiempo de permanencia en cámara del limón y, al mismo tiempo, reduciendo la humedad relativa a valores por debajo del 85%, se evita la formación de agua libre sobre la cutícula del fruto, necesaria para el crecimiento del micelio fúngico. Un ejemplo práctico sería no inyectar humedad a la cámara cuando la fruta es pasada por drencher y entra en forma directa al desverdizado.
Si cumplimos con estas premisas de menor número de días con menor humedad y, a su vez, tratamos los limones con productos fungistáticos, obtendremos resultados altamente satisfactorios en el control de podredumbres.
A diferencia de los fungicidas que se vienen usando hasta la fecha, los formulados para cítricos comercializados por Sanifruit están del todo libres de sustancias nocivas o tóxicos. Hay que añadir que el uso de productos naturales mejora notablemente las condiciones de trabajo de los almacenes, ya que evita el manipulado de productos y fruta con residuos en superficie. También mejora la imagen de marca al presentar al mercado una fruta sin residuos tóxicos. Esta necesidad se hace especialmente importante en el caso del limón, puesto que estamos ante el cítrico más utilizado en cocina y canal horeca, donde es habitual además el uso de la piel, parte de la fruta donde se acumulan la mayor parte de los fungicidas aplicados en postcosecha.
Nuestra gama de productos Sanifruit para el limón cubre todos los tratamientos necesarios para proteger la fruta desde su cosecha hasta que llega al consumidor final, tanto para líneas convencionales como orgánicas o ecológicas. Estos formulados que protegen contra las alteraciones postcosecha, permiten que limones naturales y sin residuos lleguen al mercado, protegiendo tanto la salud del consumidor como la del medio ambiente.
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